martes, 15 de enero de 2013

¡Pinche hueva! ¡Pinches inicios!


 El fin de las cosas es algo netamente misterioso, no sabemos qué puede suceder después de ese “bum” llamado final, pero muchas veces nos olvidamos del inicio, del porqué sucedieron las cosas, del florecer de la situaciones y del Big Bang de muchas acciones. Es muy mainstream preguntarse el qué hay después de la vida, y demasiado underground hacerse la pregunta ¿Qué hay antes de la vida?

El inicio, el start de cualquier juego, la línea de meta o como le quieran llamar, para mí es algo complicadísimo, y no por el miedo a los cambios, sino por la hueva que me provoca cambiar, diario tengo miles de ideas que quizás puedan cambiar el mundo, pero la fiaca me atrapa y me dice “nel wey, hoy no, espérate para mañana que tengas más tiempo”, como si  el tiempo se pudiera guardar en una botellita y tomarse en tragitos durante todo el día, pero no, eso no existe, y pues sí, las ideas se van, se quedan en el limbo universal flotando, esperando que alguien las tome y las baje a tierra.

El inicio de muchas cosas es sólo quitarse la hueva de encima, sacudírsela como las pulgas, quizás el inicio sea bueno, probablemente no, pero uno nunca sabrá si no lo hace. No me imagino a los Rolling Stones emocionadísimos por sacar nuevo disco comentando “si a huevo, tenemos contrato por otros 3 discos, seamos los mejores”, sino que empiezan normales, se acomodan al camino que van pisando, ven los paisajes, se quitan la hueva y hacen lo que saben hacer, buen rock and roll. Para Pink Floyd o The Doors comenzar con un disco de cinco estrellas fue lo mejor y mantenerse en esa altura fue lo complicado, para Orson Welles quizás fue pésima idea iniciar con una película magnifica, difícil de superar por el mismo y quedarse con ese estigma por el resto de su vida. Para “los blicles” les costó 8 discos llegar a la cumbre con el Sgt pepper's lonely hearts club band, según muchos críticos (7 discos con Revolver según yo) pero repito: El chiste es quitarse la hueva.

Y pues así es como se inicia el año, con hueva, con cruda, con el día nublado y dolor de cabeza, pero bien dice el pensamiento “diciembre es como un sábado grandote, y enero como un lunes enorme”. Así que a joderse  




Aqué, el articulo anterior y otros más




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